Ana y los otros
Directora: Celina Murga
Año: 2002
Ana y los otros es una película argentina con guion y dirección de Celina Murga que se filmó en Paraná, entre enero y marzo de 2002.
En la ficción, Ana vuelve a su ciudad natal después de una ausencia de algunos años. En un diario local encuentra una foto de su ex novio de la adolescencia y comienza a buscarlo. Los recuerdos del pasado surgen mientras se va cruzando con distintas personas en diferentes lugares de Paraná. Una de las escenas transcurre en la costanera.
Actúan, entre otros, Camila Toker (Ana), Juan Cruz Díaz la Barba (Matías), Natacha Massera (Natalia) e Ignacio Uslenghi (Diego). Se trata del primer largometraje de Murga. Se proyectó en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) de 2003, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. Luego recorrió festivales internacionales y su estreno comercial tuvo lugar en enero de 2006.
Sobre la relación del personaje con el paisaje, “es central en la película” subraya Celina Murga a MDA. “Por un lado, a nivel narración cinematográfica y puesta en escena me inspiré mucho en Éric Romher, que siempre filma con lentes 50 milímetros, que reproducen de manera más parecida al ojo humano lo que se ve. Y siempre con una distancia con los personajes que permiten ponerlos en relación a un contexto, como una postura filosófica a la que adhiero, que tiene que ver con entender a un personaje ubicado y accionando en un entorno claro. Por otro lado, para mí, Paraná era como una segunda protagonista de la película: es una película que se hace totalmente cargo que la ciudad es Paraná y no cualquier otra. Ahí entra mi vínculo con ella, mi historia y mi pasado, y termina siendo para mí, de alguna manera, un acto de amor hacia la ciudad y hacia mi historia”, cuenta la directora. “Ana y los otros tematiza en la relación entre ella y la gente de ese lugar, entre quién es hoy y quién fue; entonces, ese entorno de la costanera y otros lugares de la ciudad son claves en cómo se relacionan los personajes y con lo que le va pasando a ella al encontrarse con esos escenarios”, agrega.
Por el contexto social y económico en el que fue realizada, Murga comenta que durante la producción llegaron a manejar cinco monedas simultáneamente: lecops, federales, patacones, pesos y dólares. “A contramano de todo decidimos filmar la película”, señala en un escrito en el que recuerda esos momentos de rodaje en Paraná y Victoria (link). Esta obra se pudo concretar gracias a que los actores -en su mayoría entrerrianos-, técnicos y muchos proveedores ofrecieron sus servicios apostando a cobrar en algún momento. “También fue muy importante el apoyo de la Universidad del Cine con equipamiento, el aporte de unos ahorros propios, el apoyo de mi madre, además de la muy valiosa colaboración de la Municipalidad de Paraná y del Gobierno de la Provincia de Entre Ríos”, aclara. Ana y los otros también consiguió ayuda de Hubert Bals Fund del Festival de Rotterdam, un fondo europeo para países emergentes. “Ese dinero ayudó mucho, pero no alcanzó para todos los gastos de postproducción. Solo se pudo hacer porque el laboratorio aceptó que quedemos con una deuda importante”. La copia en 35 milímetros salió del laboratorio dos días antes de su proyección en el BAFICI. Desde allí pasó a su estreno internacional en el Festival de Venecia, donde obtuvo una mención especial y fue muy bien recibida. A partir de ahí viajó por muchísimos festivales, ganando premios, teniendo muy buena repercusión y concretando estrenos en salas del exterior. En 2006, una vez saldadas las deudas, se pudo estrenar comercialmente.
“Ana y los otros tiene una particularidad: es una película en la que el guion nació con las locaciones en origen. Cuando escribía el guion ponía “costanera” o “puerta Rowing”, es un poco atípico porque en general uno escribe y después sale a buscar. Esto fue inverso, por lo que no hubo búsqueda de locaciones. Lo que se muestra de la ciudad yo lo tenía muy presente de entrada respecto a qué es lo que quería y dónde lo quería”, refiere Murga. Entre sus remembranzas de la escena en la costanera paranaense los mosquitos y el calor son preponderantes. Por sus referencias estéticas que remiten a Romher, evitaban la luz del mediodía de verano. “Fue un plan de rodaje diseñado para que de 11 a 15 no se hicieran exteriores. Terminó siendo una gran ventaja para el equipo técnico porque hacía tanto calor que era imposible estar bajo el sol en la costanera donde nada te amparaba”, indica la realizadora. Una de las imágenes que recuerda es la de toda la gente sentada en el cordón de la vereda, muy agobiada por el calor. Al momento de rodar, las complicaciones estaban en combinar las altas temperaturas con los movimientos de cámara que tenían cierta dificultad, como los travelling laterales de recorrido que acompañan la caminata del personaje. “Todavía lo veo a Marcelo (Lavintman) sufriendo el calor haciendo esas tomas, me acuerdo de su estado de travelling y calor”, dice Murga. Camila, la actriz que interpreta a Ana, por su tonalidad de piel se tostaba fácilmente en esas jornadas. “Había que luchar con el maquillaje por las marcas del sol”, señala la directora.
Celina Murga nació en 1973 en Paraná. Es guionista y directora de cine; se formó en la Universidad del Cine. Entre sus cortometrajes se destacan Interior-Noche (1999) y Una tarde feliz (2002). Fue asistente de dirección en Sábado (2001), Sólo por hoy (2001) y El fondo del mar (2003). Su segundo largometraje fue Una semana solos (2007). En 2009 obtuvo una beca Rolex para estudiar durante un año con Martin Scorsese. Realizó el documental Escuela Normal (2012) y la ficción La tercera orilla (2014). En 2019 fue directora del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER).
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